Click here for the English version.
Recientemente llegó a la Nuclear Age Peace Foundation una nota que decía: “¿Están ustedes locos? El genio nuclear está fuera de la botella y no volverá a entrar. ¡Muy pronto tendrán armas nucleares hasta simples individuos! Dejen de perder su tiempo en este sueño tonto.” El autor de la nota, para su crédito, firmó con su nombre, y también indicó que es un ex coronel de la Fuerza Aérea de los EE.UU..
El coronel se plantea una pregunta fundamental: ¿Estamos fuera de la realidad creyendo que el cambio es posible y que los humanos podrían encontrar una manera de cooperar para eliminar la amenaza existencial que las armas nucleares plantean a la humanidad -y todas las otras formas de vida?. Tal vez así sea, pero me parece que por el futuro de la civilización, de la especie humana y de las otras formas de vida complejas vale la pena el esfuerzo. La era nuclear es distinta a los períodos que le precedieron en tener la capacidad para poner fin a la existencia de vida en el planeta. La lucha por la eliminación de las armas nucleares es también la lucha por la supervivencia humana y de los derechos de las generaciones futuras. Siempre he creído que tenemos una opción: las armas nucleares o el futuro humano. Junto con los supervivientes de Hiroshima y Nagasaki, creo que es poco probable que ambas cosas sean posibles.
Luego, el coronel afirma que “el genio nuclear está fuera de la botella y no volverá a entrar” Supongo que esto significa que el conocimiento de cómo crear armas nucleares existe y no puede ser borrado. Por supuesto, el conocimiento existe ahora. El desafío es si los países deciden eliminar las armas nucleares en su interés común, o si van a quedar paralizados por el miedo a no intentarlo. El conocimiento por sí solo no es suficiente para fabricar armas nucleares. Se necesitan también habilidades científicas y de ingeniería al igual que los materiales nucleares. Tal vez no haya un método infalible para asegurar la eliminación de las armas nucleares, pero tampoco existe ningún método infalible que asegure que las armas nucleares existentes no serán utilizadas en una guerra nuclear que podría aniquilar a a miles de millones de personas y destruir la civilización.
La pregunta es: ¿cuál es el camino más seguro para la humanidad? Por un lado, buscar la eliminación gradual, verificable e irreversible de las armas nucleares y salvaguardias internacionales efectivas sobre los materiales nucleares, o, por el contrario, continuar con el status quo de un mundo dividido en un número pequeño pero creciente de quienes “tienen” armas nucleares y un número mucho mayor que “no las tienen”? Prefiero poner todos mis esfuerzos por la eliminación de esas armas, al igual que Albert Einstein, Bertrand Russell y Ronald Reagan. Según su esposa, Nancy, el presidente Reagan “tenía muchas esperanzas para el futuro, y ninguna más importante para Estados Unidos y para la humanidad que el esfuerzo para crear un mundo libre de armas nucleares.”
Al coronel parece que le gusta las probabilidades de continuar con el status quo, a pesar de que reconoce que “hasta simples individuos tendrán armas nucleares” Esto es probable que así sea y plantea un enorme problema para los EE.UU. y otros países con armamento nuclear, si no somos capaces de lograr que armas y materiales nucleares estén bajo un estricto y eficaz control internacional. Todas las miles de armas nucleares en el arsenal de EE.UU. no pueden disuadir a una organización terrorista en posesión de un arma similar. Es imposible amenazar con tomar represalias contra una organización o personas que ni siquiera pueden ser localizadas.
“Dejen de perder el tiempo”, advierte el coronel, “en este sueño tonto.” Pero todos los sueños pueden parecer una tontería antes de realizarse. Mohandas Gandhi tuvo el sueño de una India independiente. Eso debió parecerle tonto a Winston Churchill y otros líderes británicos de esa época. Martin Luther King, Jr. tuvo un sueño de igualdad racial. Tal vez pareció una tontería para muchos. Nelson Mandela soñaba con acabar con el apartheid en Sudáfrica. Durante sus 27 años en prisión, este sueño debe haber parecido una tontería a la estructura del poder blanco en Sudáfrica.
Hay sueños de justicia e igualdad que deben parecer una tontería para muchos. Hay sueños de aliviar la pobreza y el hambre, y tener oportunidades educativas para todos. Hay incluso quien sueña con la eliminación de la guerra. No es una tontería luchar por un futuro mejor, y ciertamente no es tonto luchar por asegurar el futuro mismo.
Para mí, un nuevo año es un nuevo comienzo y siempre trae esperanza. Voy a seguir eligiendo la esperanza y luchar por el sueño de la paz y la eliminación de las armas nucleares. La consecución de estos objetivos es el gran desafío de nuestro tiempo, y su éxito dependerá de la realización de todos los otros objetivos para un mundo más justo, seguro y decente.