Por David Krieger
Traducción de Ruben Arvizu

“Desde la aparición de la vida visible en la Tierra debieron transcurrir 380 millones de años para que una mariposa aprendiera a volar, otros 180 millones de años para fabricar una rosa sin otro compromiso que el de ser hermosa, y cuatro eras geológicas para que los seres humanos a diferencia del bisabuelo pitecántropo, fueran capaces de cantar mejor que los pájaros y de morirse de amor. No es nada honroso para el talento humano, en la edad de oro de la ciencia, haber concebido el modo de que un proceso milenario tan dispendioso y colosal, pueda regresar a la nada de donde vino por el arte simple de oprimir un botón.”

Recientemente me re-encontré con esta cita del gran novelista colombiano Gabriel García Márquez, el autor de Cien años de soledad y galardonado con el Premio Nobel de Literatura 1982.  La cita es de un discurso de García Márquez que en 1986 pronunció en Ixtapa, México en el 41 Aniversario del ataque atómico a Hiroshima, titulado “El cataclismo de Damocles”. Esta cita corta, capta lo que hay que decir acerca de las armas nucleares de manera sucinta, poética y muy bella. Con unas cuantas magistrales pinceladas literarias, muestra que el viaje de la vida de la nada al ahora podría terminar con  “el simple hecho de oprimir un botón.”

El botón es una metáfora de poner en marcha una guerra nuclear, que podría ocurrir por un mal cálculo, error o malicia. Por supuesto, es importante el dedo que está en el botón, pero es aún más importante que el dedo de alguien esté en el botón. No hay buenos o malos dedos sobre el botón. Nadie es lo suficientemente estable, racional, sensato, o prudente para confiar en su decisión de oprimir el botón nuclear. Es una locura dejar la puerta abierta a la posibilidad de “un regresar a la nada.”

Por un lado de la balanza, es natural y extraordinario que la vida siga su larga evolución hasta el presente y continúe para realizar sus procesos hacia el futuro. Por otro lado de la balanza es “el botón,”  el capaz de que la vida en el planeta llegue a un punto final. También en este lado de la balanza se encuentran aquellas personas que permanecen ignorantes o apáticas a los peligros nucleares que enfrenta la humanidad.

Todos tenemos que reconocer lo que está en juego y elegir un lado. En pocas palabras, ¿usted está del lado de la vida y los procesos de la naturaleza que han traído la belleza y diversidad de nuestro mundo, o de los productos destructivos de la ciencia que nos han llevado al precipicio de la aniquilación? Cada uno debe hacer su elección.

Me temo que muchos de nosotros no se den cuenta de la gravedad y los riesgos de la situación a la que nos enfrentamos. Nos dejamos llevar por la tecno-charla que amplifica los mensajes de seguridad nacional vinculado al botón. La disuasión nuclear no es más que una hipótesis acerca de la psicología y el comportamiento humano. No protege a las personas de un ataque nuclear. No es probada ni demostrable. La disuasión nuclear puede o no puede funcionar, pero sabemos que no puede proporcionar una protección física contra un ataque nuclear. Los que creen en ella, lo hacen bajo su propio riesgo y además del nuestro.

La posibilidad de “un regresar a la nada” es un riesgo demasiado grande que tomar. Hay que librarnos de las armas nucleares. Hay que desmantelar el botón y la aniquilación potencial que representa. Debemos escuchar a nuestros corazones y poner fin a la locura nuclear, a la era de las armas de destrucción total. Si no somos capaces de actuar con corazones comprometidos, seguiremos caminando hacia el precipicio de la aniquilación – el precipicio de un mundo sin mariposas o hermosas rosas, sin aves o seres humanos. La edad de oro de la ciencia llegará a su fin como un triunfo de la devastación catastrófica, y será el fracaso más grande de la humanidad.

La lectura, discusión y comprensión del significado de la cita de Gabriel García Márquez debería promoverse entre las escuelas, entre los ciudadanos, y los líderes de todos los países.


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David Krieger es Presidente de la Nuclear Age Peace Foundation (www.wagingpeace.org) Autor y editor de numerosos libros sobre la abolición de las armas nucleares, incluyendo Hablando de paz: Citas para inspirar acción.

Rubén D. Arvizu es Director para América Latina de la Nuclear Age Peace Foundation, Director General para América Latina de Ocean Futures Society de Jean-Michel Cousteau y Embajador del Pacto Climático Global de Ciudades.