Cuando creamos la Nuclear Age Peace Foundation en 1982, lo hicimos con la creencia de que la paz es un imperativo de la era nuclear. Es decir, que la paz ya no es sólo deseable; en un mundo con armas nucleares, es esencial. Una parte importante de nuestro trabajo en la Fundación es lograr que la gente tenga consciencia de los extraordinarios peligros de vivir en la era nuclear. Siempre estamos buscando nuevas formas de motivación en esta época de auto-complacencia a través de la educación y el ejemplo.

La auto- complacencia se conforma con cuatro elementos principales: la apatía, la conformidad, la ignorancia y la negación. En conjunto, estos cuatro elementos forman uno muy corrosivo que está en contra de un futuro humano decente, o ni siquiera de  un futuro. Debemos transformar la apatía con la empatía; la conformidad con el pensamiento crítico; la ignorancia con la sabiduría; y la negación con el reconocimiento de las amenazas que las armas nucleares representan para nuestro futuro común.

Han pasado siete décadas en la era nuclear y el mundo tiene nueve países con armas nucleares que en conjunto poseen más de 15.000 de ellas, mucho más que suficiente para destruir varias veces la civilización y la especie humana. Los líderes de estos nueve países con armas nucleares están involucrados ahora en la modernización de sus arsenales nucleares. Tan sólo EE.UU. tiene la intención de invertir mil millones de   dólares en la modernización de su arsenal en las próximas tres décadas. Esto es una locura.  Las armas serán más pequeñas, manuables  y más precisas, y por lo tanto con mayor probabilidad de que se utilicen.

Cuando somos solos nuestras voces pueden ser débiles, pero cuando nos unimos tenemos el potencial de ser la fuerza más poderosa de la Tierra. El poder del pueblo es mucho más potente que las armas nucleares. Ellas son destructoras de todo el esfuerzo humano, pero las personas unidas son una superpotencia que puede hacerse cargo de nuestro planeta.

La Nuclear Age Peace Foundation, con sus 75.000 miembros, es una voz valiosa para la paz. Nuestro objetivo es encontrar mejores formas de resolver nuestras diferencias. Ser líderes para encontrar la forma de eliminar las armas nucleares, y no transformar a la raza humana en corderos para el sacrificio.

David Krieger es Presidente de la Nuclear Age Peace Foundation
Ruben D. Arvizu es Director para América Latina de la Nuclear Age Peace Foundation.